Un resplandor y una quietud




Ya es de noche,
luego del silencio
un resplandor,
ayer lo vi,
es producto de un misil,
-nos visita-
deja un rastro,
sólo un edificio en ruinas
y unos cuantos cuerpos
esparcidos, algunos sin un
brazo, otros sin piernas,
otros en forma de polvo
caminan por el viento;
una mano se mueve
un hombre grita algo,
no logro comprender bien,
ya su respiro no es tan claro,
luego viene el silencio
de su voz, se detiene,
no se que le ha pasado,
no logro comprender,
parece que una insignificante bala
ha atravesado su cerebro
y no logra coordinar sus palabras,
hay un silencio,
-que extraño-
eso me recuerda al niño
que hace dos días
buscaba a su madre
y en silencio se quedó,
al encontrarla
simplemente a su lado se puso
y al verla tan quieta
allí permaneció,
el niño dijo:
-Ay madre ya estás dormida,
yo te acompaño en tus sueños!,

luego vinieron unos
amigos de su familia
y muy amablemente
la cubrieron con una
sábana, la abrigaron
muy bien, -por el frío supongo-
dejando
su cuerpo bien cubierto,
luego la cargaron con
mucho cuidado llevándola
en una caja muy práctica,
agrupándola con otras
tantas cajas muy similares
-casi idénticas-
mientras otros muy emocionados
lloraban y aclamaban
paz,
paz en su pueblo invadido.



molina..
1 de abril del 2003.


© alex molina..

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